Ni la lluvia ni la caída de las temperaturas paró a los vecinos de O Ventorrillo en su intento para hacerse oír ante las autoridades locales, autonómicas y centrales, explicar su postura frente al tráfico de drogas en el poblado de Penamoa y pedir medidas inminentes para acabar con ello. Sólo la actuación de la Policía Nacional, con la colaboración de varios agentes del 092, truncó la intención de un grupo de ellos de llegar al núcleo del asentamiento, evitando cualquier tipo de conflicto.
A las puertas del poblado, tras salir de la calle del Alcalde Salorio Suárez y atravesar A Silva, el grupo de 200 personas intentó culminar su intención de pisar el terreno para el que reclaman una solución con gritos de “sí, sí, sí, la droga está ahí” o “Policía a Penamoa”. Sin embargo, el temor de que los gritos de los residentes de Penamoa, alarmados por el tumulto, pudieran llegar a más, y la presencia de los agentes solicitando calma, consiguieron relajar los ánimos de unos vecinos que solamente quieren que se intervenga ante lo que consideran situaciones delictivas continuadas.
Seguridad > La paralización de la marcha en la entrada de Penamoa y la consecuente disolución del grupo no es más que una demostración de la realidad diaria que viven los residentes en O Ventorrillo y las zonas contiguas. Así lo entiende la presidenta de vecinos, Rosa Barreiro, “Esto demuestra que no se puede pasar”, explicó, uniendo su criterio al de residentes que gritaban que ellos tienen todo el derecho de pisar un territorio que parece estar vedado y reservado para la practica continuada de la venta de droga.
“Se trafica, estamos cansados y no se hace nada”, explicó la representante vecinal, para relatar cual es la situación real, el continuo tránsito de vendedores y clientes de la que se deriva una inseguridad constante. Apuntó, asimismo que el “miedo” de cada día, también era ayer el motivo por el que de forma consensuada se optó por disolver la marcha y abandonar las inmediaciones de Penamoa.
Identidad > Barreiro detalló, también, que la verdadera lucha, que en la marcha de ayer se resumió con el lema “Penamoa libre de drogas ya”, es contra los “traficantes” y no contra los residentes de la zona. “No decimos que la gente que se quede sin realojar y está ahí sean traficantes”, avanzó para asegurar que “saben con nombres y apellidos quienes son”.
Partiendo de esto, añadió que incluso han detectado que un gran número de las prácticas delictivas son llevadas a cabo por gente que reside fuera del poblado. “Hay una mafia montada”, aclaró Barreiro.
Es por eso, que los que se consideran afectados por lo que sucede en la zona, no entienden porque las autoridades no han intervenido de manera más tajante en el asunto. Piden el incremento de la actuación policial, que erradique la venta y el consumo de manera tajante. Entienden que ellos son los más perjudicados, pero que se trata de un problema de todos los coruñeses. No quieren que sus hijos convivan con el riesgo y de ahí que busquen culpables, uno de ellos el delegado del Gobierno, Antón Louro, contra el que no dudaron en gritar para evidenciar su pasividad como responsable de las fuerzas de seguridad del estado en la ciudad.
Responsables también son, para los vecinos, los políticos municipales. Eso era, al menos, lo que se oía en los corrillos. Los afectados creen saber las soluciones posibles o, por lo menos, como empezar a llevarlas a cabo pero sienten que no se hace nada para que un espacio de tierra tan reducido esté dividido.
jueves, 22 de octubre de 2009
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